ÁREA CIENTÍFICA
PSIQUIATRÍA
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Douglas Greer, catedrático de la Universidad de Columbia, diseñó este método denominado Cabas (Comprehensive Application of Behaviour Analysis to Schooling), o lo que es lo mismo, una aplicación comprehensiva del análisis de la conducta a la enseñanza en las escuelas. En su visita al centro Greer explicó que «se ha demostrado que con este sistema se puede enseñar a los niños entre cuatro y siete veces más rápido gracias los profesores». El diseñador del método Cabas ha hecho hincapié en el papel de los maestros y de sus enseñanzas, por lo que considera que «es necesario que desde la universidad haya programas dirigidos a los profesores para que sepan cómo enseñar la ciencia del desarrollo del comportamiento verbal, que forma parte del aprendizaje».
El sistema Cabas, que no está muy extendido en España, tiene unos resultados muy positivos en niños con diagnóstico de autismo o con algún trastorno generalizado del desarrollo. Estos pacientes suelen presentar ausencia total o mínima de desarrollo del lenguaje y baja susceptibilidad a la interacción social. Además presentan conductas inadecuadas autoestimuladas o autolesivas. Sobre esto Greer afirma que se les pueden enseñar habilidades que antes no podían aprender; así se aplicaría la conducta autoestimulada como el resultado de no tener condicionados determinados patrones como mirar al rostro de las personas y atender a las voces, entre otras. «La manera de enseñarles es condicionar muchas actitudes como reforzadoras y positivas, que les gusten», puesto que todo el mundo tiene conductas autoestimuladas aunque socialmente adecuadas.
- Un juego adecuado estimula y crea un ambiente de refuerzo en el que se utiliza la imaginación y se desarrollan nuevas habilidades verbales
Greer reconoce la importancia de enseñar a los niños a jugar para que el juego adecuado les sea incompatible con el comportamiento autoestimulado. Además cuando el niño va desarrollando más habilidades verbales con el juego va mostrando componentes de la imaginación, que es uno de los principios del pensamiento, y es un proceso que se puede observar cuando el niño representa a los juguetes hablando como si fueran ellos. En ese momento el niño está imaginando, de manera que el juego estimula y crea un ambiente reforzador para que el niño desarrolle habilidades verbales. «Así, la utilización del juego como refuerzo y del ambiente como comunidad social y verbal es lo que mantiene el comportamiento de los adultos y de cualquier niño por las propias consecuencias derivadas de ver, decir y hacer».
Greer también se refiere al entorno, subrayando que en el caso de los niños con algún trastorno generalizado del desarrollo se procura que «respondan en presencia del ambiente socio-verbal porque al enseñar pretendemos que los niños adquieran más habilidades para que se comporten dependiendo de lo que ocurre a su alrededor».
Por ello hace referencia a la selección natural para destacar que el comportamiento es igual de selectivo, de manera que tenemos que adaptarnos y esa adaptación «se produce cuando el ambiente influye en nosotros, en las respuestas que tenemos para sobrevivir, en un mundo que tiene cada vez más lenguaje. De hecho, el ambiente es lenguaje, al igual que las interacciones sociales, porque lo social también es lenguaje. No sólo vivimos en un entorno en términos físicos sino también en su aspecto social, y para ser sociales hay que ser verbales».